Un lugar en donde todo es posible, todo existe; en donde se conjugan la cordura y la locura para ser magia que hace que cualquier buen errante transforme su alma para dejar de ser y ser...

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viernes, julio 23, 2010

Procesos Creativos: PROCESOS CREATIVOS

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jueves, julio 15, 2010

PROCESOS CREATIVOS

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SI PUDIERA DARLE UN TITULO...

CUANDO SE TIENE LA EMOCIÓN EN UN PUÑO, EL SENTIMIENTO A FLOR DE PIEL Y TU ALIADA ES LA NOCHE, QUE CONJUGA EL SILENCIO DE LAS MUSAS CON EL CANTO DEL SERENO.

LA OSCURIDAD FIEL CÓMPLICE DE LA TEXTURA DE LOS COLORES EN LA TELA, QUE TAN SOLO ESPERAN EL PRIMER RAYO DE LUZ PARA GRITAR SU FERVOR POR APAGAR LA LOCURA QUE INVADE MI CORAZÓN Y EXPANDIR EL BRILLO DEL ASOMBRO EN UN PAR DE OJOS...

PARA VOLVER A ESPERAR LA NOCHE Y BEBERME DE UN SORBO LA FANTASÍA QUE SE AGLUTINA ESPERANDO SER DESCUBIERTA...

MANUAL DE CREATIVIDAD

ÍNDICE.

PREFACIO.. 8

Objetivo General del Módulo. 10

CAPÍTULO 1. La Creatividad, el creativo y el Cerebro. 12

1.1. Creatividad. 12

1.2. Procesos Creativos. 13

1.3. Hábitos. 23

1.4. ¿Dos Cerebros?. 24

CAPÍTULO 2. Características cerebrales y de personalidad. 27

2.1. El lenguaje y las costumbres. 27

2.2. Características Cognoscitivas. 31

2.5. Obstáculos y Bloqueos. 36

CAPÍTULO 3. Yo Creativo. 37

3.1. Límites auto impuestos. 37

3.2. Facilitadores impulsores. 39

3.3. Obstáculos Sociales. 41

3.4. Creatividad en acción. 42

3.5. ¿Cómo?. 42

CAPÍTULO 4. Encuentros creativos. 44

4.1. ¿Cuándo?. 44

4.2. ¿Para qué?. 44

4.3. Nuevas ideas. 44

4.4. Marcos para la creatividad. 46

CAPÍTULO 5. El color. 49

5.1. El Color. 49

5.2. Significado de los colores. 54

5.3. El lugar del color en el cerebro. 56

5.5. El uso del color en la publicidad. 58

ANEXO 1. Preguntas de Bienvenida. 60

ANEXO 2. Cuestionarios. 63

ANEXO 3. Prácticas. 68

Práctica 1. Semana 1, Día 1. 69

Práctica 2. Semana 1, Día 2. 71

Práctica 3. Semana 1, Día 3. 74

Práctica 4. Semana 1, Día 4. 78

Práctica 5. Semana 1, Día 5. 80

Práctica 6. Semana 2, Día 1. 82

Práctica 7. Semana 2, Día 2. 83

Práctica 8. Semana 2, Día 3. 86

Práctica 9. Semana 2, Día 4. 88

Práctica 10. Semana 2, Día 5. 92

Práctica 11. Semana 3, Día 1. 94

Práctica 12. Semana 3, Día 2. 100

Práctica 13. Semana 3, Día 3. 105

Práctica 14. Semana 3, Día 4. 108

Práctica 15. Semana 3, Día 5. 110

Práctica 16. Semana 4, Día 1. 112

Práctica 17. Semana 4, Día 2. 115

Práctica 18. Semana 4, Día 3. 117

Práctica 19. Semana 4, Día 4. 119

Práctica 20. Semana 4, Día 5. 120

BIBLIOGRAFÍA... 121

CAPITULO 1

PREFACIO

Apreciado alumno:

El presente material, compuesto por un manual de referencia, cuestionarios y prácticas, está dirigido especialmente a ti que cursas el taller de dibujo, cubriendo un total de sesenta horas de capacitación en Creatividad.

Asimismo, esta obra ha sido diseñada ex profeso para llevar a cabo la metodología de enseñanza-aprendizaje, a saber: lectura y práctica diaria, rebote de preguntas, resolución de cuestionarios y aplicación de exámenes semanales. Su realización completa e integral es de suma importancia para tu aprendizaje, ya que acrecentará tus habilidades de comprensión de lectura, búsqueda de información y de resolución de problemas, favoreciendo así tu desarrollo personal.

El manual señala los objetivos de cada sesión de capacitación, define los conceptos más relevantes de la Creatividad y describe sus procedimientos y mecanismos de funcionamiento más usuales. También, contiene diversas ilustraciones y tablas que complementan y facilitan la lectura. Cada tema está jerarquizado y desglosado en incisos numerados para mostrar claramente la estructura y alcance de los temas.

Es importante destacar que la formación de hábitos de estudio en tu persona es una prioridad,

Finalmente, te exhorto a entregar tu máximo esfuerzo y a no olvidar los motivos que te han llevado a tomar la decisión de ser mejor.

Objetivo General del Módulo.

Identificar y poner en práctica los elementos y herramientas que conforman el entorno de la Creatividad, para reconocer que existe un potencial que únicamente puede surgir y desarrollarse cuando se encuentra un equilibrio entre lo emocional e intelectual.

CAPÍTULO 1. La Creatividad, el creativo y el Cerebro.

OBJETIVO Semana 1, Día 1.

Definir lo que es una persona creativa y conocer las principales herramientas y procesos creativos para lograrlo.

1.1. Creatividad.

El psicólogo Abraham Maslow dijo: “Es mejor hacer una sopa de primera clase que un cuadro de segunda”. La creatividad también puede jugar un papel importante en la vida cotidiana. Idear una solución nueva y eficaz, incluso para un pequeño problema, es un satisfactorio ejercicio de creatividad, ésta puede incrementar su realización personal en todos aspectos de la vida, desde el hogar hasta entablar hipótesis científicas complicadas.

Hoy en día, la flexibilidad y la originalidad son valores en todas las profesiones, desde la investigación científica y la ingeniería, hasta la gestión de personal.

La creatividad no debe confundirse con la falta de disciplina, la negligencia o la novedad por la novedad. De sentarse ante un piano y aporrear el teclado al azar, tal vez se forme una secuencia de notas que nunca antes ha sido escuchada. Sin embargo, esto no es más creativo que la melodía producida por un gato que va de un lado a otro con un manojo de llaves amarrada a su cola.

El camino de la creatividad a menudo discurre por lo extraño y lo poco práctico, pero al final debe llevar a un resultado que colme un propósito de modo admirable. Como observó el escritor Mark Twain en cierta ocasión: “El hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa”.

La creatividad es algo intrínsecamente difícil de medir, debido a que supone producir ideas o soluciones originales de las que no puede decirse simplemente que están “bien” o “mal”.

Tal vez como sus orígenes se hallan ocultos en los manantiales invisibles de la personalidad y en los misteriosos recovecos del cerebro, la creatividad ha sido envuelta en mitos e ideas falsas.

A interpretaciones igualmente erróneas se hallan expuestos los genios, personas con poderes creativos extraordinarios. Estos individuos excepcionales a menudo provocan temor y son considerados seres casi mágicos que viven apartados del resto de la humanidad.

En realidad los genios obtienen sus resultados más altamente creativos trabajando mucho más duramente que las demás personas.

Aparte del trabajo duro y la perseverancia que tan importantes son, probablemente el único rasgo que distingue a la gente creativa es la originalidad. Enfrentadas a un problema en cualquier faceta de su vida, ya sea en su trabajo o en su casa, las personas creativas habitualmente buscan SOLUCIONES ORIGINALES QUE EVITAN TENER QUE ACUDIR AL CAMINO TRILLADO Y FAMILIAR.

Solucionar problemas no lo es todo para la creatividad, las técnicas creativas pueden transformar los intentos en esos campos, en actividades mucho más atractivas. Se debe Buscar la inspiración en lugar de esperarla, y descubrir cómo vencer los bloqueos ocasionales que impiden el progresar. Otro paso importante es el de rodearse de un ambiente grato y estimulante.

Pero la creatividad no siempre es una tarea que se realiza en solitario. Los grupos también pueden ser creativos. La clave estriba en asegurarse de que se encuentren bien organizados y motivados.

Desarrollar la creatividad personal es un cometido que dura toda la vida, y que se puede alimentar a cualquier edad.

Ahora solo hay que prepararse para silenciar al Juez interno que critica las ideas y experiencias nuevas. Cuanto más se triunfe en superar esas telarañas mentales, mayor será el provecho obtenido.

Sobretodo, no hay que preocupe por cometer errores. “Una persona que nunca ha cometido errores nunca ha probado nada nuevo.”

La clave para pensar de una manera creativa consiste en aprender a ver el mundo de un modo diferente, y eso deberá producirse con gran facilidad para cuando concluya el presente módulo.

Es muy frustrante intentar definir el escurridizo concepto de creatividad y más aun sus niveles. El historiador del diseño británico Stephen Bayley dijo en cierta ocasión que se considera “una de esas cosas que es mucho más fácil detectar que definir”. Por fortuna se puede buscar, desarrollar, experimentar y disfrutar la creatividad sin ni siquiera tener que definirla con precisión.

Sin embargo, una comprensión de los procesos mentales implicados en el proceso creativo puede ayudar de un modo definitivo a explotar la propia energía creativa. Dotado de una mejor comprensión de su funcionamiento, se puede empezar a desarrollar y utilizar esta energía de maneras que quizás no se habría sospechado nunca.

Un temprano pero atinado análisis sobre cómo opera la creatividad fue propuesto en la década de los años veinte. Este análisis se irá desmenuzando poco a poco en el presente manual.

1.2. Procesos Creativos.

El sociólogo Británico Graham Wallas entendió el proceso creativo como una secuencia de cuatro fases indispensables, a las que denominó preparación, incubación, iluminación y verificación.

Por otro lado se han dado tres niveles creativos; el primero llamado elemental o de interés personal o familiar, el segundo medio o de resonancia laboral o profesional y el tercero superior o de la creación trascendente o universal, que aunados a las cuatro fases, ayudan a esclarecer el concepto creativo. Se iniciará enumerando las fases:

1.2.1. Preparación.

La autentica creatividad en cualquier campo solo puede basarse en un sólido conocimiento y entendimiento de ese campo. Antes de que se pueda crear algo original en cerámica por ejemplo, primero se debe saber cómo darle forma a una pella de arcilla y cómo conocer el objeto resultante. Solo después de haber trabajado con las formas más sencillas y ganar experiencia con los materiales puede crearse diseños originales. Es necesario empezar desde la base.

Si bien el conocimiento es una base necesaria para la creatividad, también puede convertirse en una barrera, de llegar a lo que los psicólogos llaman “comportamiento reglamentado”. Alguien que siempre siga las prácticas establecidas no puede concebir nuevas formas para hacer las cosas. Una actitud segura y curiosa hacia cualquier materia es importante.

1.2.2. Incubación.

Algunos investigadores son de la opinión que aunque el pensamiento creativo empieza en la mente consciente, hay que dejar que se incube en el inconsciente ya que es más flexible, antes de poder alcanzar todo su potencial. El mejor modo de resolver un problema, afirmaban, consiste en formularlo lo más claramente posible, haciendo uso de los conocimientos sobre la materia, en considerar la cuestión a fondo y pormenorizadamente para luego olvidarlo todo durante un periodo de tiempo. Esta teoría ha nacido de la experiencia cotidiana; a menudo solo es cuando se ha dejado de concentrarse en un problema que la solución se revela por sí misma.

1.2.3. Iluminación.

Es a lo que a veces se le denomina la experiencia del ¡EUREKA! “Lo he descubierto”[1].La respuesta a un problema viene a las mentes de improviso. Esta experiencia viene acompañada de un sentimiento de certeza en la solución correcta.

1.2.4. Verificación.

Por inspirada que pueda ser una idea, debe ser práctica y factible. Una manera de valorar una idea original consiste en ponerla por escrito y luego analizarla varias veces con espíritu crítico.

En su libro de creatividad, el autor alemán Joachim Sikora refiere que en un simposio sobre creatividad los científicos ahí presentes asociaron a ese término más de 400 significados diversos.

La palabra creatividad no aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, sino hasta la más reciente edición. Anteriormente a los creativos se les llamaba genios, talentos, ingenios, sabios o inventores y se les consideraba hombres inspirados por los Dioses. Hoy se va imponiendo y hasta poniendo de moda el término creatividad.

Para todo trabajo en grupo conviene ponerse de acuerdo en una única definición de los términos claves, de otro modo se dificulta la comunicación, por ejemplo, en la siguiente definición: “La capacidad de producir cosas nuevas y valiosas”.

La palabra cosas se toma en el sentido más amplio, que incluye prácticamente todo. Un método, un estilo, una relación, una actitud, una idea, pueden ser objeto de la creatividad, es decir, cabe considerar las creaciones no sólo por su fondo o contenido, sino también por su sola forma.

Tras la aparente precisión y sencillez, esta definición tiene sus recovecos: ¿qué es lo nuevo?, ¿qué es lo valioso?, ¿para quién?, ¿absoluta o relativamente?, ¿con qué criterios se mide la novedad y el valor? La creatividad, en cuanto cualidad humana, es un hecho psicológico y, por lo tanto, debe estudiarse desde el punto de vista de los sujetos implicados. Para un individuo es nuevo lo que se la ha ocurrido y lo que él ha descubierto, sin importar que en otro lugar del mundo otra persona haya llegado a lo mismo.

La novedad puede ser grande y trascendente, como la de quien inventó el transistor o la televisión a colores; o puede ser más modesta, como la de quien escribe un sencillo cuento para entretener a sus alumnos, o la de quien diseña un pequeño aditamento para un automóvil o pone un bonito adorno a su vestido.

El tema del valor es más evasivo y subjetivo que el de la novedad. La guerra de independencia, capitaneada por Miguel Hidalgo fue valiosa para los indígenas y mestizos oprimidos, pero no para los últimos virreyes y arzobispos de la Nueva España.

¿Quién es el juez de lo valioso? En términos generales podemos distinguir tres grados o niveles para valorar el producto:

a) El producto es valioso para el círculo afectivo del sujeto creador.

b) Es valioso para su medio social.

c) Es valioso para la humanidad.

Resultan así tres niveles de creación, que se pueden llamar:

I. El nivel elemental o de interés personal y familiar.

II. El nivel medio o de resonancia laboral y profesional.

III. El nivel superior o de la creación trascendente y universal.

OBJETIVO Semana 1, Día 2.

Continuar el análisis de los procesos que permiten observar que la creatividad es un don al que se debe motivar para su inmersión e iniciar el análisis de las etapas creativas.

Toda persona normal puede aspirar a aportar contribuciones muy estimables en los niveles I y II, así también probablemente la mayoría, con un entrenamiento serio de creatividad, logre llegar a la zona III.

Es de sobremanera interesante y de gran repercusión práctica el tema de los campos y áreas de la creatividad: ¿en qué actividades podemos ser creativos?

Muchas personas asocian la creatividad con los artistas: músicos, pintores, poetas, etc.

Las novedades en el arte se admiten fácilmente, mientras que, según se analizará, la creación en otros campos despierta suspicacias y reacciones de defensa que pronto pueden dar paso a la hostilidad. Pero no hay razón para restringir; todo se puede hacer rutinariamente y todo se puede hacer creativamente. La creatividad, más que una agudeza intelectual o que una habilidad, es una actitud ante la vida, ante cualquier situación y aspecto de la ella.

Sin embargo, al considerar a las personas concretas, se encuentran restricciones: un hombre es creativo como profesor universitario y no como padre de familia; otro es creativo como jugador de ajedrez pero no como empleado de un banco; un músico notable puede ser la persona mas rutinaria y gris en sus relaciones humanas. No hay más que consultar las biografías de los grandes.

No existe el genio universal, por eso conviene distinguir campos, para que cada quien pueda ubicarse en este amplio territorio, de la misma manera que las ciudades grandes están divididas en sectores.

Las actividades valiosas de la humanidad giran en torno a los valores. Ahora bien, cualquiera puede citar docenas de valores, pero es adecuado concretarse a los cuatro valores fundamentales y trascendentales:

a) La verdad.

b) La belleza.

c) La utilidad.

d) La bondad.

Las actividades que giran en torno a la verdad son las ciencias. Las que giran en torno a la belleza, las bellas artes y la estética. Las que buscan la utilidad, las tecnológicas. Y las que buscan la bondad son las relaciones humanas en su sentido mas amplio (que abarca la educación, la política, el servicio social, el derecho, la ética, la organización, la beneficencia, la comunicación social, el amor, etc.)

Así como la pluralidad de actividades impone a cada uno la tarea de procurarse una orientación vocacional, es importante buscar una orientación de creatividad para establecer en qué área desarrollarse, producir y sobresalir. La vida del hombre es demasiado breve como para pretender abarcar varios campos dispares y florecer en cada uno de ellos.

En relación con los centros de interés de una persona, se puede señalar esquemáticamente estos cuatro puntos cardinales:

a) Si su interés está en conocer y entender, su campo son las ciencias (la verdad);

b) Si su interés está en sentir y expresar, su campo son las bellas artes y la estética (la belleza);

c) Si su interés está en actuar sobre las cosas, su campo es la tecnología (la utilidad);

d) Si su interés está en actuar sobre las personas, su campo son las relaciones humanas (la bondad moral y social).

Ubicarse en estos puntos requiere un progresivo conocimiento individual en un medio concreto de: “yo soy yo y mis circunstancias”, solía decir el maestro Ortega y Gasset.

Unos pocos privilegiados ven claramente su lugar desde la infancia. A la inmensa mayoría, en cambio, toca descubrirlo a través de los años, del estudio y de la práctica constante y autocrítica.

1.3. Etapas Creativas.

En cualquier fabricación es posible distinguir el producto del proceso: una novela, un edificio, un par de zapatos o una estatua son productos y, en cuanto novedosos y valiosos, se tiene por creaciones.

Probablemente no se conozca mucho de los procesos que se desarrollaron tras estos productos: ¿la novela se escribió en un mes o dos años?, ¿con entusiasmo o desgano?, ¿a ritmo uniforme o caóticamente?, ¿en la meditación solitaria o en el diálogo y la colaboración?

En los siglos pasados prevaleció un concepto mítico de la creatividad que se estudiará. En aquellas épocas, las personas se contentaban con admirar los productos sin atreverse a escudriñar el proceso, porque los consideraban sobrenaturales y de origen celestial. En cambio, ahora que se va desacralizando este campo, de observa un creciente interés en desentrañar los mecanismos biológicos y psíquicos de la creatividad para llegar a tener dominio sobre esta importante actividad humana.

Hay creaciones casi instantáneas que más parecen actos que procesos; por ejemplo, si a alguien se le ocurre un nuevo arreglo de su sala, o dibujó “a la primera” un logotipo, o quizá inventó un chiste sobre el presidente.

Estos casos parecen tan simples que generan la tentación a enmarcarlos dentro del esquema elemental del estimulo-respuesta.

Sin embargo, no es en estas creaciones donde mejor se pueden estudiar los mecanismos de la creatividad, sino en las más complejas, en aquellas que requieren largos procesos de diversos órdenes y niveles.

¿Cuáles son las etapas más características? Probablemente, de consultarse a diez autores se obtendrían diez respuestas diferentes.

En el fondo, el proceso creativo implica casi siempre:

a) Una estructuración de la realidad,

b) Una desestructuración de la misma y,

c) Una reestructuración en términos nuevos.

Las siguientes seis etapas se consideran como las más típicas y fundamentales:

I. El cuestionamiento.

II. El acopio de datos.

III. La incubación.

IV. La iluminación.

V. La elaboración.

VI. La comunicación.

1.3.1. El cuestionamiento.

El primer paso consiste en percibir algo como problema, en tomar distancia de la realidad para distinguir el poder ser que se tiene en frente. Esto es fruto de inquietud intelectual, de curiosidad bien encausada, de interés cultivado, de hábitos de reflexión, de capacidad para percibir más allá de lo que las superficies y apariencias ofrecen.

El que no tiene preguntas no encuentra respuestas. El que no busca nada no encuentra nada. La historia de los grandes inventores registra casos célebres de individuos que veían lo que miles y millones habían visto, pero que en un momento dado ellos percibieron con nuevos ojos; personas que supieron mover el calidoscopio de la naturaleza y de la cultura para lograr nuevas configuraciones con los mismos elementos que habían estado y seguían estándolo a la mano de todos.

James Watt observa los movimientos de la tapadera de la olla hirviendo y rediseña la máquina de vapor.

Elías Howe parte también de un sueño aparentemente banal para inventar la maquina de coser.

Un anónimo estadounidense observa el comportamiento del agua congelada en sus botas de hule durante el invierno y concibe la bandeja flexible para cubitos de hielo.

Un crítico superficial querría atribuir estos inventos a la casualidad. Pero a estas simplezas ya contestó hace más de 100 años uno de los más ilustres inventores, Pasteur: “La casualidad sólo favorece a los espíritus preparados”.

1.3.2. Acopio de datos.

“El que tiene imaginación sin instrucción, tiene alas pero no tiene pies”; J. Joubert.

Una vez enraizada la inquietud en la mente del sujeto, éste debe salir al campo de los hechos. El arquitecto que va a planear un edificio en un lote de cierto número de metros y con determinada orientación, declive y suelo, para satisfacer a un cliente que dispone de cierto presupuesto, se ve obligado a procurarse mucha información que no puede salir más que del terreno de los hechos. La decoradora a su vez, requiere mil datos sobre los ambientes físicos que se le han encomendado, sobre los materiales que existen en el mercado y sobre las distribuciones de los mismos. Hasta el novelista o el director cinematográfico que crean obras de ficción, cuando quieren tratar un tema determinado necesitan datos sobre el mismo.

Esta es la etapa de las observaciones, viajes, lecturas, experimentos y conversaciones con personas conocedoras del tema. El creador potencial necesita procurarse el mejor material para que la mente trabaje sobre terreno sólido y fértil.

Debido a que son básicos para la creatividad la información y el conocimiento, decimos que en igualdad de circunstancias es más fácil ser creativo cuando se posee formación universitaria.

OBJETIVO Semana 1, Día 3.

Terminar el análisis de las etapas creativas.

1.3.3. Incubación e Iluminación.

Estas dos etapas están relacionadas entre sí, por lo tanto, se han de considerar juntas.

Ya los antiguos habían observado que los literatos, inventores y artistas de todos los ramos sufrían periodos de aparente esterilidad y que en el momento menos pensado podían encontrar la solución como venida de otro mundo. Creyeron que era el don de alguna divinidad que les enviaba rayos de luz celestial (iluminación viene de lumen, luminis: Luz); además, les pareció un proceso análogo al del huevo en las diferentes situaciones y circunstancias. Si se rompe un huevo común y corriente, saldrá una materia uniforme y en apariencia inerte: la clara y la yema; pero si se rompe después de haber sido incubado, entonces aparecerá un pollito perfectamente formado, dinámico, móvil y lleno de vida. Por eso los antiguos llamaron a la tercera etapa del proceso creador “incubación”. Es la digestión inconsciente de las ideas. Este es un periodo silencioso, aparentemente estéril; pero en realidad de intensa actividad; se puede comparar con el embarazo, en el cual también se termina con una iluminación: la mujer “da a luz”, o con la germinación de las semillas en la oscuridad y el silencio del interior de la tierra.

Los pensadores del mundo grecorromano llamaron inspiración al punto en que emergían las nuevas ideas y creyeron que las divinidades femeninas (las musas) insuflaban o soplaban sobre sus predilectos. Aún en otras culturas, que no creen en las musas, vive la experiencia de una sorpresiva claridad comparable a la vivencia de salir de un túnel a la luz del mediodía. Es curioso como en la terminología popular aun se reconoce estas etapas: ante un problema difícil se aconseja: deja que se sedimenten los pensamientos confusos; o se habla también de que “se nos prendió el foco”, o que “se nos ocurrió” tal idea, o de que en tal situación estábamos inspirados, o no lo estábamos, sin embargo negamos toda fe a las musas inspiradoras.

En concreto, ¿cómo se manifiesta la inspiración? Para el científico es la hipótesis que explica los hechos; para el artista es la forma deseada y buscada, y para cualquier persona es la solución al problema que trae entre manos.

La famosa estrella de ópera y concierto, así como notable escritora norteamericana, Dorothy Sarnoff revela la siguiente experiencia: Ante el compromiso de tener que pronunciar un discurso me confío en mi inconsciente.

El escritor ganador del premio Nobel de literatura en 1982, Gabriel García Márquez, comentó refiriéndose a un artículo periodístico que se había comprometido a entregar cada semana: “Lo escribo todos los viernes desde las 9 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Cuando no tengo el tema bien definido me acuesto mal la noche del jueves, pero la experiencia me ha enseñado que el drama se resolverá por si solo durante el sueño y que la respuesta empezará a fluir por la mañana desde el instante en que me siente ante la máquina de escribir”.

Existen casos más llamativos. Hubert Jaoui se refiere a ellos cuando dice que la inspiración viene a ser “una reestructuración brutal del campo perceptivo”.

No todas las personas experimentan con la misma intensidad estos fenómenos. Dos científicos norteamericanos, W. Platt y R.A. Baker, interrogaron a 232 químicos distinguidos sobre sus posibles experiencias de iluminación o revelación. Las respuestas fueron las siguientes:

Sí, generalmente. El 33%.

Sí, de vez en cuando. El 50%.

No, nunca. El 17%.

Esto quiere decir que aproximadamente el 83% de los científicos modernos pueden admitir y reconocer el curioso y misterioso fenómeno aun expresado en términos semimiticos.

A veces la luz llega cuando el sujeto ni siquiera pensaba en el tema. Curiosamente se pasa a través de un proceso dialéctico con momentos de tensión y de distensión, y el punto culminante tiende a coincidir con la fase distensiva. Aunque también sucede que en la incubación lo que aparentemente queda fuera de la conciencia en determinados periodos se ha seguido meditando al margen. Podría decirse que se sigue viendo con el rabo del ojo, tal como que hay un ir y venir del pensamiento al sentimiento y viceversa.

1.3.4. Elaboración.

Este es el paso de la idea luminosa a la realidad externa; el puente de la esfera mental a la esfera física o social. Consiste en redactar la novela, ejecutar la decoración, demostrar la hipótesis, organizar el partido político, etc.

Suele ser trabajo de tecnología, de relaciones humanas, de disciplina y también de nueva creatividad. Llega a darse el caso de que pasar de la obra una idea brillante requiere más creatividad que haberla pensado. Rubén Darío, uno de los hombres mas claramente inspirados, decía que el verso era como un diamante, cuyo valor dependía principalmente del trabajo de afinación y de pulido. Quizá sea esto uno de los aspectos mas interesantes de la creatividad, que requiere en su primera fase, un proceso de distanciamiento de la realidad en la reflexión, pero también volver a la realidad en la fase de acopio de datos; luego, nuevamente aventurarse por el mundo de las ideas y de la fantasía (en la incubacion), para finalmente terminar todo o “aterrizar” otra vez en el diálogo intenso e íntimo con la realidad.

1.3.5. Comunicación.

Cuando un niño ha construido o dibujado algo, es normal que corra a mostrarlo a su madre. Esta reacción naturalísima indica que el proceso creativo necesita aún concluir. Si la esencia de la creatividad es lo nuevo junto a lo valioso, lo nuevo-valioso pide a gritos darse a conocer, máxime cuanto más nuevo y valioso sea.

¿Qué se diría de un pintor que al terminar un cuadro exquisito lo escondiera para siempre debajo del colchón sin haberlo dejado ver ni siquiera a su mujer?, o del supuesto inventor del remedio infalible contra la calvicie. ¿Qué podría pensarse en análogo ocultamiento?

Por otra parte, ¿quién es el juez de lo valioso? Difícilmente lo podrá ser el autor mismo.

Así se cierra un ciclo que empezó con la inquietud, con una admiración y con una pregunta, es decir, con un cuestionamiento. Este punto inicial y motor de la creatividad habla con elocuencia de la importancia de saber preguntar: ¿cómo? o ¿por qué no?, y de la importancia de pensar habitualmente que todo puede ser mejorado en alguna forma.

Ya Sócrates había descubierto el poder creativo de la pregunta para fecundar los espíritus y cultivó magistralmente el arte de formularla. Todavía hoy, después de 2300 años, se sigue haciendo referencia al método Socratiano o Mayéutica como uno de los puntales de la educación, tanto en niños como en adultos.

Otros autores distinguen en el proceso creativo fases diferentes de las aquí señaladas. En rigor, estas pueden ser reducidas a los mismos seis puntos. Como una información adicional se menciona a dos autoridades que distinguen respectivamente, cuatro y tres etapas.

La Enciclopedia Británica distingue cuatro: preparación, incubación, iluminación y verificación. Arthur Koestler, tres: la fase lógica, la intuitiva y la crítica.

OBJETIVO Semana 1, Día 4.

Conocer el cerebro, fisiológica y funcionalmente y además la forma en que actúa el lado izquierdo y el lado derecho del cerebro.

1.3. Hábitos.

El literato Walter Foss cuenta una anécdota curiosa: un día una joven ternera, con paso incierto, se aleja de la granja hasta llegar a la colina cercana. El granjero, que la ha seguido con la vista, va por ella siguiendo el mismo camino que la ternera trazó. Cien años después, los lugareños aún recorren esa ruta por el sendero que trazó aquella despistada ternera.

¡Tal llega a ser el peso de los hábitos y la inercia de las tradiciones!

Todo mundo tenemos hábitos: comer ciertas cosas en determinados días, fumar, visitar o no visitar a los amigos, acudir a tales espectáculos, etc.

Los moralistas dicen que las virtudes son “hábitos moralmente buenos”, y los vicios son “hábitos moralmente malos”.

Más que los individuos, las instituciones viven de hábitos. El concepto mismo de institución implica estabilidad, porque cuanto más se institucionaliza un grupo humano, los comportamientos se tornan más previsibles y controlables.

¿Cuál es la relación entre el hábito y la creatividad? Parecen ser diametralmente opuestos:

El hábito es repetición, la creatividad es cambio.
El hábito es lo conocido, la creatividad es lo nuevo.
El hábito es la seguridad, la creatividad es el riesgo.
El hábito es lo fácil, la creatividad es lo difícil.
El hábito es la inercia, la creatividad es movimiento.

De hecho, nuestra vida gira en torno a los dos polos: ¿qué sucedería si eliminamos uno de los dos?

Si suprimimos la creatividad, lo que queda es pura rutina, conformismo, inercia, monotonía estancamiento y mediocridad. Si en cambio desechamos el hábito, encontramos la presión constante, la falta de estructura y el esfuerzo agotador.

Es evidente, pues, que ambos polos son importantes y necesarios, y que es un gran acierto saber combinarlos funcionalmente. Es paradójico, pero para ser creativo hay que ser rutinario. Hay que saber encomendar a los hábitos las mil pequeñas acciones que, por su misma naturaleza, se prestan a ser mecanizadas y automatizadas; de ese modo dejamos libres nuestras energías para aquellas cosas que realmente valen la pena.

Una vez una mujer cumplimentaba a Bernard Shaw elogiando su gran inteligencia: privilegiada, genial, extraordinaria. El ilustre literato replicó: “Señora, mi inteligencia es como la de la gran mayoría de la gente. Creo sin embargo, que existe una diferencia; mientras casi todos piensan un promedio de dos o tres veces al año, yo trato de pensar dos o tres veces por semana”.

Tal vez la mayoría ha dejado a la rutina que haga menos que el pensamiento. El arte de vivir pide justamente lo contrario, encomendar a la rutina otras cosas: horarios, itinerarios, atuendos, menús o pequeños rituales, para no dejarle lo que es la más clara expresión del poder humano: el pensamiento.

Poco o nada se pierde si las comidas, los descansos, las visitas o los paseos de fin de semana llegan a ser rutinarios, pero mucho si el pensamiento sucumbe a la rutina, renunciando a la capacidad de crear.

La ruptura de un hábito, de una rutina de pensamiento, es muchas veces el principio de una creación. Alguien se puso a pensar, por ejemplo: una jeringa con tinta en vez de medicamento, y se originó el bolígrafo. Una bolsa de plástico sacada de su uso convencional, y se originó el acetato como material didáctico. La observación de que la leche, tan vulnerable y corruptible, cocida con azúcar se conserva bien (William Newton, 1835), y nació el imperio que hoy se llama Compañía Nestle (1878).

El pensamiento rutinario no es atribuible exclusivamente a la gente sencilla. La historia, sobre todo en sus vertientes políticas y religiosas, nos muestra que suelen ser los líderes quienes cultivan el respeto sagrado a estereotipos, el culto a rutinas y el miedo a pensar. Es casi universal el “efecto de freno” que certeramente denuncia Arthur Koestler: “La inercia del espíritu humano y su resistencia frente a las innovaciones no encuentra su expresión mas clara en las masas incultas (como cabía esperar), ya que éstas se dejan influir fácilmente cuando se les aborda en forma adecuada, sino por el contrario, en los especialistas, con su pretensión de ser custodios de la tradición, poseedores exclusivos de todo el saber. Toda innovación significa una doble amenaza contra las medianías académicas. Amenaza, por un lado su autoridad de oráculos y por otro, despierta un miedo profundamente enraizado a ver destruido todo el edificio intelectual con tanta fatiga construido”.

Sin embargo, faltó a Koestler señalar que más que el prestigio intelectual, es el poder social de los líderes la causa de la resistencia a cualquier innovación creadora.

1.4. ¿Dos Cerebros?

Las personas creativas reconocen la diferencia entre el proceso de reunir información y el de transformarla creativamente.

En la actualidad se ha descubierto que el cerebro funciona de una forma dual, independiente y que incluso una persona puede seguir su vida “normalmente” con medio cerebro.

El conocer ambos tipos de conocimiento de nuestro cerebro nos dará una importante oportunidad para liberar nuestro potencial creativo.

El cerebro de los humanos esta dividido en dos partes asimétricas; no como el de los animales que es totalmente simétrico. Estas dos partes o fases están unidas en el centro por una serie de millones de fibras nerviosas que se les llama corpus callosum (cuerpo calloso), el cual se encarga de transmitir información pertinente y deseada de derecha a izquierda y viceversa, sirviendo de mediador entre los dos lados del cerebro.

A pesar de ser físicamente un solo ser, una sola persona, nuestro cerebro es doble y cada una de las partes tiene su propia y particular forma de percibir las cosas y procesar la información: dos conciencias distintas conectadas por un cable de millones de fibras nerviosas.

Nuestro cerebro derecho se encarga de todos los movimientos y acciones que ejecuta el lado izquierdo del cuerpo y nuestro cerebro izquierdo se encarga de todos los movimientos y acciones del lado derecho del cuerpo.

1.4.1. Así piensa mi lado izquierdo.

Verbal. Utiliza palabras para nombrar, describir o definir.

Analítico. Soluciona las cosas paso a paso, parte a parte.

Simbólico. Usa símbolos para representar algo.

Abstracto. Toma un pequeño fragmento de información y lo representa en un todo.

Temporal. Lleva cuenta del tiempo: empieza por el número uno, sigue el dos, etc.

Racional. Extrae conclusiones basándose en la razón y los datos.

Digital. Usa números como al contar.

Lógico. Hace colusiones basándose en la lógica, por ejemplo: un teorema matemático o un argumento bien expuesto.

Lineal. Piensa en función de ideas encadenadas, haciendo que un pensamiento siga a otro, conduciendo a conclusiones convergentes.

1.4.2. Así piensa mi lado derecho.

No verbal. Tiene conocimiento de las cosas, pero no las relaciona con las palabras.

Sintético. Une las cosas para formar un todo o conjuntos.

Concreto. Se relaciona con las cosas, tal como son en el momento presente.

Analógico. Ve semejanza entre las cosas, comprende las relaciones metafóricas.

Atemporal. No tiene sentido del tiempo.

No racional. No necesita basarse en la razón y los datos, de buena gana posterga los juicios.

Espacial. Ve las relaciones entre una cosa y otra y la manera en que las partes se unen para formar un todo.

Intuitivo. Da saltos de comprensión, con frecuencia basándose en datos incompletos, corazonadas, sensaciones o imágenes visuales.

Holista. Ve la totalidad de las cosas de una sola vez, percibe las formas y estructuras en su conjunto, lo cual conduce a conclusiones divergentes.

[1] Expresión dicha por Arquímedes, que según se cuenta un día que se estaba bañando en su tina le permitió descubrir su principio de utilizar el peso del agua desplazada para determinar el peso de los objetos sólidos.

CAPITULO 2

CAPÍTULO 2. Características cerebrales y de personalidad.

OBJETIVO Semana 2, Día 1.

Conocer la errónea idea que se tiene del funcionamiento del cerebro; reconocer la intuición y la “casualidad”; descubrir las cualidades que envuelven a una persona creativa.

2.1. El lenguaje y las costumbres.

Desde la antigüedad se han dado una serie de prejuicios en contra de la mano izquierda–hemisferio derecho, haciendo que padres y maestros de niños zurdos los obliguen a utilizar la mano derecha para realizar todas sus actividades. Siendo esto, causa de distintos problemas que se reflejan hasta la edad adulta.

En la historia de la humanidad han existido en cualquier idioma palabras y expresiones, dando la connotación de “bondad” a la mano derecha, (hemisferio izquierdo) y de “maldad” para la mano izquierda (hemisferio derecho), aquí algunos ejemplos de esto:

LATÍN: Izquierdo: sinister = siniestro, malo.

Derecho: dexter = destreza, pericia.

FRANCÉS: Izquierdo: gauche, que deriva del anglosajón gawky = torpe.

Derecho: doit = bueno, justo.

INGLÉS: Izquierdo: left, que deriva del anglosajón lyft = débil, inútil.

Derecho: right, que deriva del anglosajón reth, deriva del latín rectus = justo.

Influyendo también de una forma importante en nuestro lenguaje político y social, por ejemplo: la derecha política admira el poder nacional, es conservadora y se resiste al cambio. La izquierda por el contrario admira la autonomía individual y promueve el cambio. En sus extremos la derecha es fascista y la izquierda anarquista.

Dentro de las costumbres sociales y culturales, el lugar de honor de una comida formal es a la derecha del anfitrión, en las bodas el novio esta a la derecha; mensaje no verbal del estatus, al saludar, es con la mano derecha como “símbolo de lealtad”.

Es importante tener presente que cuando se originaron estas costumbres de lenguaje verbal y no verbal, fueron los hemisferios izquierdos de muchas personas, las que crearon estas expresiones. Dando una falsa supremacía del cerebro izquierdo sobre el derecho.

2.1.2. ¡Lo tengo!... ¡Lo tengo!

El hemisferio derecho del cerebro utiliza la intuición y da saltos de comprensión que hace que todo encaje según un orden lógico para solucionar las cosas.

Cuando esto ocurre, las personas suelen exclamar: ¡Lo tengo!, o ¡Ah, sí, ya lo veo! Toda exclamación se deriva del exultante grito de ¡Eureka! -¡Lo he descubierto!

Así trabaja el lado derecho del cerebro, de una forma intuitiva, holista, independiente del tiempo. Ese es también el modo de la despreciada mano izquierda, a la que en general nuestra cultura no presta atención.

La mayoría del sistema educativo, intelectual y familiar, está programado para desarrollar el hemisferio izquierdo del cerebro: la parte verbal, racional, temporal, etc. Descuidando la mitad del cerebro de toda persona.

2.1.3. El ser creativo.

La persona creativa es un ser que tiene Fe, que posee la capacidad de creer, de sentir pasión por la vida y por lo que hace. Es perseverante y frente a las frustraciones encuentra el camino para seguir adelante; busca el sentido de las cosas, el ¿por qué? y el aprendizaje que deja, ya sea en lo positivo o en lo negativo. Cree en la vida y en la trascendencia. Se preocupa y ocupa de su ser y de los demás; tiene un sentido de vida.

Es un ser que aprovecha su potencial y su energía para vivir y crear; toma conciencia del tiempo, del aquí y el ahora en lo finito que es él y en el compromiso que tiene consigo mismo y con los demás.

Otra de las características de una persona creativa es la capacidad de hacer combinaciones y crear síntesis originales, la capacidad de asociar y tomar ideas de un lugar y de otro.

La persona creativa está alerta a lo nuevo. Sternberg describe a las personas creativas y las agrupa en tres categorías generales:

1. Características cognoscitivas: Se basan en el conocimiento.

2. Personalidad y cualidades motivacionales: Se basan en sus talentos.

3. Acontecimientos o experiencias especiales durante el desarrollo: Se basan en el medio social, cultural, económico y religioso.

Los investigadores en creatividad aseveran que existen personas muy creativas en matemáticas y no creativas en poesía o viceversa. Esto quiere decir que dominan un área más que la otra y se basan en el conocimiento de su dominio para generar nuevas ideas.

Barron Gardner, Taylor, Sternberg, Torrance y Weisberg, entre otros autores, afirman que las características de las personas creativas son las siguientes:

a) Originalidad.

b) Fluidez verbal.

c) Inteligencia elevada.

d) Buena imaginación y creatividad en su dominio.

e) Piensan en forma metafórica.

f) Usan imágenes.

g) Son flexibles y con habilidad de decisión.

h) Elaboran juicios.

i) Son independientes.

j) Están atentos a la novedad.

k) Piensan lógico.

l) Construyen nuevas estructuras.

m) Encuentran orden en el caos.

n) Preguntan el ¿por qué?

o) Parten del conocimiento; existen para crear nuevas ideas.

p) Prefieren la comunicación no verbal.

q) Crean visualizaciones internas.

r) Cuestionan normas.

s) Buscan distintas formas de resolver un problema.

Una de las características más comunes de las personas creativas incluyen el deseo de confrontar hostilidad y asumir riesgos intelectuales, así como la perseverancia, la curiosidad y lo inquisitivo, que equivalen a estar abierto a nuevas experiencias. Las personas son disciplinadas y comprometidas, tienen una motivación intrínseca elevada, están centradas en su tarea, tienen una cierta libertad de espíritu que no acepta los límites impuestos por otros, un alto grado de autoorganización, necesidad de competencia y retos; son reflexivas y se preocupan. Se dice que los individuos creativos ejercen influencia en la gente que los rodea. Las personas creativas, entonces, tienen una capacidad de cognición emocional y características peculiares de desarrollo.

Al investigar la actitud creativa, Maslow observa que la persona creativa en la fase de inspiración pierde su pasado y su futuro y vive solo el momento. El individuo está ahí completo, inmerso, absorto y fascinado en el presente, con lo que ocurre en el aquí y ahora. Esta habilidad de “perderse en el presente” es un signo de cualquier proceso de creatividad. Tiene que ver con la habilidad de convertirse en un ser atemporal, autónomo, fuera de espacio, de la sociedad, de la historia. Es como entrar en una experiencia mística.

Maslow señala que hablar de los conceptos de creatividad y autorrealización, podrían ser las mismas cosas. Este investigador afirma que la actitud creativa y la habilidad de tener experiencias cumbres dependen de ser libre de otras personas; libre, especialmente, de implicaciones neuróticas y de ataduras históricas de la infancia. Pero también, al librarse de otras personas se convierten más en ellos mismos, asumiendo su ser real, el auténtico, su identidad verdadera.

En su teoría, Maslow considera el desarrollo creativo de una manera distinta a la de otros teóricos que estudian las relaciones objetables y quienes postulan que el significado de la vida está construido sobre las relaciones interpersonales.

La creatividad es la habilidad de hacer comparaciones y analogías; de yuxtaponer elementos o ideas que por lo común no van juntas; de detectar patrones escondidos, conexiones en las cosas. Las analogías y las comparaciones ayudan a colocar una situación en un nuevo contexto, y ayudan a verlas de una manera completamente fresca.

Las personas creativas no solo están abiertas a nuevas experiencias, sino que también tienen el valor de arriesgarse.

A. Store, dice que la persona creativa está en un constante proceso de auto descubrimiento, de remodelar su propia identidad y de encontrar significado en el universo, en el cual él crea. Para integrar el proceso, encuentra muy valioso aprovechar la meditación, el rezo o las reflexiones. Este es un proceso que tiene que ver muy poco con otras personas. En realidad, equivale a validar la propia individualidad.

Los pasos fundamentales en el proceso son los momentos de introspección que permiten establecer nuevas conexiones y hacer descubrimientos. La persona creativa necesita esos momentos de introspección en soledad para el trabajo de auto conocimiento e integración.

Así como las naciones buscan proponer modelos de buenos ciudadanos (los héroes nacionales), y las religiones occidentales modelos de buenos cristianos (los santos), a todas las personas interesadas en desarrollar su propia creatividad les interesas también tener modelos o eventualmente descubrir el tipo ideal de la persona creativa. ¿Cómo es ésta en su versión mas cabal?: ¿pasional o tranquila?, ¿idealista o realista?, ¿equilibrada o neurótica?, ¿conservadora o revolucionaria?, ¿social o introvertida?, ¿seria y solemne, o sencilla e informal?

Resulta sumamente interesante analizar las biografías de los más grandes creadores. Un recorrido por la galería de los héroes y de los santos de la creatividad nos ofrece el material más heterogéneo posible. La variedad de personalidades recorre desde Van Gogh hasta Newton, desde Mahoma hasta Madame Curie; desde Henry Ford hasta Rubén Bario. Pero indudablemente existe una especie de común denominador en las personas de eminente creatividad. Están no sólo en juego cualidades y habilidades, sino actitudes; no sólo lo cognoscitivo, sino también lo afectivo, lo volitivo y lo social; no sólo la corteza cerebral, sino también el sistema del limbo.

OBJETIVO Semana 2, Día 2.

Conocer y comprender las características personales para transformarlas en herramientas creativas y facilitar el desarrollo personal.

2.2. Características Cognoscitivas.

2.2.1. Fineza de percepción.

Debido a que la percepción provee la materia para el trabajo del pensamiento, el sujeto es buen observador y sabe captar al mismo tiempo los detalles y las situaciones globales. Es un tipo concientizado en el sentido más genuino.

2.2.2. Capacidad intuitiva.

La intuición es una especie de percepción completa, íntima e instantánea de realidades complejas; es una forma de pensamiento en el cual el manejo de los datos es más inconsciente que conciente.

2.2.3. Imaginación.

Elabora y remodela los materiales que ingresaron a la psique a través de la percepción sensorial. Pero no se trata de la imaginación que vuela loca (como sucede con los castillos en el aire), sino de una imaginación que vuela y aterriza una y otra vez, o si se quiere, de una fantasía ligada a la realidad por un grueso cordón umbilical.

2.2.4. Capacidad crítica.

Permite distinguir entre la información y la fuente de ésta. Es el polo opuesto del conformismo intelectual que con la fuerza del hábito se da cuenta de cuál es la autoridad social del emisor y por principio se somete a ella. Paradójicamente, esta actitud crítica casa muy bien con la receptividad a nuevas ideas y con la humildad intelectual, que permite al sujeto estar dispuesto siempre a ser enseñado por la realidad, y a rectificar y cambiar de opinión siempre que sea necesario.

Este sería el lugar para discutir un problema que apasiona a muchos: las relaciones entre inteligencia y creatividad. ¿La elevada inteligencia implica siempre gran creatividad? o viceversa.

Se han realizado estudios para esclarecer estas correlaciones. Por principio de cuentas, la creatividad requiere dotes de carácter que, en sí, tienen poco de intelectual. Un conformista y comodino podrá ser muy inteligente y no será creativo. Según lo reporta Rensis Likert en un estudio sobre personas con un coeficiente intelectual (IQ) altísimo (140). Pues bien, solo la tercera parte de estos sujetos eran calificados como creativos.

Es la naturaleza práctica y no la erudita la que desaconseja adentrarse a profundidad en alguna cuestión. Es decir una conclusión bastante segura sería que la inteligencia superior, la que permite excelentes calificaciones en los estudios, no garantiza elevada creatividad, pero que la permisa recíproca sí es verdadera: si se es notablemente creativo, se es además inteligente.

2.2.5. Curiosidad intelectual.

Se refiere a las aperturas a la experiencia, flexibilidad de la mente, que no se deja encerrar en las rutinas estrechas y áridas de lo ya conocido y de lo ya sabido. Aunque se tiende a creer que esta capacidad es innata, lo cierto es que en buena medida se educa y se aprende.

Las personas creativas viven en constante cuestionamiento. Uno de los tantos parecidos entre el genio y el niño es que ambos tienen en alto grado la capacidad de asombrarse y de preguntar una y mil veces: ¿por qué?

¡¿Cuántos de los descubrimientos al parecer casuales obedecieron esta actitud?! Arquímedes, mientras se bañaba, experimentó la iluminación sobre las leyes del equilibrio de los líquidos y la fórmula para saber si una corona es realmente de oro o es falsa. Charles Goodyear observó una mezcla de azufre y goma que por descuido ha caído en un horno, y descubre el proceso de la vulcanización. Jaques Daguerre observó como se grabó la imagen de una cuchara en una superficie de metal tratado con yodo, y descubre el modo de fijar las imágenes formadas en la cámara oscura (fotografía).

Mil otros hallaron soluciones geniales a partir de hechos sencillos y comunes, porque vivían en profundo cuestionamiento.

Para cerrar esta lista aquí un ejemplo nacional. Se dice que el Mole Poblano fue inventado por una monja en una ocasión en que se cayó un poco de chocolate en la salsa para el pavo.

Se confirma una y mil veces la advertencia de Pasteur: “La casualidad solo favorece a los espíritus preparados”, y también la de Edison: “El genio consiste en un dos por ciento de inspiración y noventa y ocho por ciento de transpiración”.

OBJETIVO Semana 2, Día 3.

Conocer la forma de utilizar los sentimientos como herramientas creativas.

2.3. Características afectivas.

2.3.1. Autoestima.

Las personas de muy baja autoestima para tener el ánimo de intentar y fracasar; para no depender ciegamente de lo que otros piensan, dicen y hacen, son conformistas en demasía.

No les queda otra.

El famoso predicador y escritor Norman Vicent Peale observa: “La dificultad de las personas común y corriente es que no confían lo suficiente en sí mismas para crear y expresar sus ideas”

2.3.2. Soltura, libertad.

A un amigo que se quejaba de su escasa creatividad, Schiller le aconsejaba quitar de la conciencia el portero de la razón lógica, para dejar interrumpir libremente las ideas. El creador de buena categoría conserva algo de niño: el sentido lúdico de la vida. Por el contrario, la dicotomía drástica entre trabajo y juego, que caracteriza a tantos profesionales, es un principio de rutina y aridez.

2.3.3. Pasión.

Para ser creador hay que ser capaz de entusiasmarse, comprometerse y luchar; hay que gozar de bastante energía vital y de espíritu juvenil, más allá de la tiranía de las leyes biológicas.

2.3.4. Audacia.

Es la capacidad de afrontar los riesgos. El creador, por definición, se atreve a apartarse de los caminos conocidos. Necesita una buena dosis de rebeldía, de descontento constructivo y de valor, porque desatará la hostilidad de los que disfrutan del statu quo, es decir, de los acomodados en el sistema; aquellos que viven según el viejo refrán italiano “chi sta bene non si mouve” (si está bien, no se mueve).

2.3.5. Profundidad.

Es la facilidad para ir más allá de la superficie y sumirse en profundas reflexiones. Ya el admirable observador que fue Aristóteles había notado que el genio fácilmente va unido a la melancolía.

2.4. Características volitivas.

Ortega y Gasset escribió hace 50 años: La división más radical que cabe hacer en la humanidad, consiste en dos clases de criaturas: las que se exigen mucho y acumulan sobre sí mismas dificultades y deberes, y las que no se exigen nada especial, sino que para ellas, vivir es ser en cada instante lo que ya son sin esfuerzo de perfección sobre sí mismas; boyas que van a la deriva.

2.4.1. Tenacidad.

Implica constancia, esfuerzo, disciplina, trabajo arduo y lucha. Thomas Alba Edison dijo: “El genio es una larga paciencia”. “Nuestra mayor debilidad es que desistimos. El camino mas seguro para tener éxito consiste siempre en intentar una vez más”. Eva Curie, al escribir la biografía de su madre, encarece la “terrible paciencia” de la ilustre dama dos veces galardonada con el premio Nóbel.

Al creador le es preciso combinar la audacia para formular hipótesis novedosas y atrevidas, con la paciencia ante las reacciones adversas, tales diferencias entre la imaginación creadora y la fantasía, la imaginación creadora es a la fantasía lo que la voluntad a la veleidad.

2.4.2. Tolerancia a la frustración.

El hombre creativo debe saber resistir la ambigüedad y la indefinición; debe saber vivir en tensión, porque el material que maneja es ambiguo, evasivo e imprevisible.

2.4.3. Capacidad de decisión.

La misma naturaleza de los problemas creativos exige saber moverse y definirse en condiciones de incertidumbre, oscuridad y riesgos.

En suma, la personalidad creativa es paradójica, una verdadera unión de los opuestos: Separada y distanciada del medio ambiente, pero no hostilmente alineada o enfrentada a él. No blanda pero tampoco rígida. Una rara combinación de rasgos esquizoide y al mismo tiempo de gran fuerza del yo; de sobresaliente sensibilidad (rasgo asociado a la mujer) pero con independencia de juicio y de acción (rasgo varonil).

Se puede concluir que la creatividad, además de sus muchas otras excelencias y ventajas, viene a ser una dimensión integradora de la personalidad.

La creatividad no espera, es un tren que pasa en frente, en los albores de la vida y que de no abordarse se puede escapar para siempre.

OBJETIVO Semana 2, Día 4.

Conocer los propios obstáculos y bloqueos para tener mayor oportunidad de limitarlos.

2.5. Obstáculos y Bloqueos.

Aunque todo ser es potencialmente creativo, la creatividad es un gran rasgo que en algunas personas se manifiesta en grado eminente y en otras en grado muy modesto; en definitiva, una facultad que unos han sabido educar y otros han dejado atrofiar. Como todos los rasgos de la personalidad, es un derivado de la herencia biológica en combinación dinámica con el ambiente.

Para desarrollar la creatividad de un sujeto cualquiera es de vital importancia conocer su interacción con el medio, detectando y diagnosticando los influjos, tanto positivos como negativos. Unos y otros se catalogan en cuatro órdenes: físico, cognoscitivo, afectivo y sociocultural. Por supuesto, estos fácilmente se transplantan y a veces se confunden.

2.5.1. De orden físico.

En relación con estos bloqueos, puede verificarse aquello que “los extremos se tocan”. Un medio monótono, súper tranquilo, estático, puede ser tan enemigo de la creatividad como un medio inestable, tempestuoso, acelerado y caótico. En el primer caso, la pobreza de estímulos origina reacciones pobres, rutinarias, perezosas y estereotipadas. En el segundo caso, el diluvio abigarrado de estímulos origina congestión, de la misma manera en que el exceso de comida puede paralizar el estomago. Salvo excepciones, es muy difícil que una persona pueda inspirarse para grandes creaciones en el cruce de dos avenidas de intensa vialidad a la hora de mayor tránsito.

2.5.2. De orden cognoscitivo-perceptual.

Un ambiente de prejuicios, dogmatismo, tradicionalismo, burocratismo, escepticismo crónico y rechazo sistemático a lo nuevo, condiciona actitudes rutinarias, frías, impersonales y apáticas. La superficialidad, la inercia y los bloqueos preceptuales no son el camino para abrir los paquetes informativos de los que se habló antes; existe una rutina del pensamiento, de la misma forma como hay una rutina de las acciones y de los pequeños rituales de la vida diaria. La primera es la más insidiosa por cuanto es menos notoria.

2.5.3. De orden afectivo.

Otro bloqueo, considerado también estímulo, que congela la creatividad de una persona o de un grupo es: La inseguridad, el miedo a equivocarse, el temor al ridículo y al fracaso, el deseo patológico de seguridad.

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